Inseguridad, falta de empleo, bajos salarios, contaminación, basura, gandallismo, corrupción, deterioro de la calidad de vida, tráfico sin control, discriminación… La Ciudad de México tiene muchos problemas que atender, pero los buenos amigos del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) no pierden de vista a los verdaderos enemigos: Los videojuegos y sus usuarios. Y en específico, los de Pokémon GO.
El 18 de octubre de 2016, los 20 diputados de MORENA en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), encabezados por el diputado José Alfonso Suárez del Real, presentaron una propuesta con punto de acuerdo en el que:
(…)“se solicita al secretario de Cultura federal, instruya a quien corresponda, a efecto de que se informe a esta soberanía si el juego para móviles denominado “Pokémon GO”, cuenta con los permisos necesarios para la utilización de inmuebles catalogados como patrimonio histórico, artístico y cultural de la Ciudad de México.”
El grupo parlamentario en la ALDF del partido creado por Andrés Manuel López Obrador considera que Pokémon GO representa un peligro para el patrimonio de la CDMX, con todos esos jugadores saliendo de sus casas, exponiéndose a la luz solar, y dañando con sus pokébolas virtuales monumentos, edificios y demás, puesto que:
“La posibilidad de que el juego Pokémon Go, ubique a algunos de sus animales ficticios en sitios con valor histórico, artístico o arqueológico, pone en severo riesgo la integridad y conservación del patrimonio cultural, ya que los jugadores podrían dañarlos mientras intentan capturar uno de ellos.”
En otros puntos citan diversos sucesos a nivel mundial que han ocurrido con la app para teléfonos inteligentes desarrollada por Niantic, en los cuales los jugadores han puesto en peligro su vida por estar distraídos jugando, que han entrado a áreas restringidas ya sea por los militares o por otras dependencias, o que han alterado pueblos pacíficos, zonas de reserva naturales o de plano patrimonios culturales.
El punto de acuerdo, además, solicitaría el establecimiento de las medidas necesarias para el resguardo y protección del patrimonio histórico, artístico y arqueológico de la capital, “en su uso como escenarios de realidad virtual”. Un el último punto, los asambleístas morenistas proponen considerar la pertinencia de que Niantic ofrezca obligatoriamente una “compensación económica”.
Pero su razonamiento no termina ahí. En los “Considerandos” (exposición de motivos) para dicha propuesta, además de mencionar leyes y reglamentos de países como Brasil, Bolivia y Venezuela, con políticas izquierdistas y que se encuentran sumergidas en crisis económicas, políticas y/o sociales, en el punto 7 “invitan a la reflexión” con el siguiente texto:
“La vacuidad axiológica de una sociedad determinada se puede medir a partir del interés que sus miembros muestran a los asuntos más triviales que en ella se desarrollan. Augusto Zamora lo expresa con las siguientes palabras: “¿Para qué preocuparse del desempleo, las desigualdades, la violencia social, si lo más importante del mundo es caminar como zombis cazando muñecos virtuales? En sociedades privadas de valores, vaciadas de contenido, juegos como el Pokémon Go llenan los espacios ociosos, desolados, del cerebro, así como el espíritu de millones de seres. Incitados a olvidar la realidad, privados de metas e ideales, los videojuegos se erigen en depositarios de la dejadez humana, en trampas donde dilapidar el tiempo finito de vida.”
Salta a la vista que un grupo de representantes populares respalden una postura en la cual se ataca a los videojuegos por ser los causantes de la desidia e indiferencia ante la política (y por ende hacia los políticos) que permea a la sociedad actual.